La Senda de los Pantaneros es, sin duda alguna, una de las rutas de senderismo imprescindibles en la Comunidad Valenciana.
Se encuentra en Chulilla, uno de los pueblos más bonitos de esta Comunidad, donde, además de ésta, hay otras rutas señalizadas.
Nosotros hicimos una ruta circular que incluye dos de las sendas oficiales del pueblo: la de los pantaneros, que es una de las más bonitas que hemos hecho y la del PR-CV-77, en la que se pueden ver unas pinturas rupestres.
En total son 13 km de paisajes espectaculares.
La mayoría de las rutas del pueblo salen de su plaza principal, la Plaza de la Baronía. Y ahí la comenzamos nosotros, siguiendo la carretera principal hasta el comienzo “oficial” de la ruta, después de los aparcamientos que hay al cruzar Chulilla. Pasamos el albergue y a mano izquierda se ve una caseta de madera donde empiezan las señalizaciones de la ruta de los Pantaneros.
Senda de los Pantaneros
El sendero comienza por la parte alta, a la derecha del Cañón del Turia. Hay varios miradores que permiten ver las impresionantes paredes del cañón.
A los pocos metros, en una curva del cañón, cruzamos un pequeño arroyo y después de subir una cuesta, se puede ver un puente tibetano para los expertos en escalada que ya pueden cruzar en esta zona al otro lado del río.
Puentes colgantes
Continuamos la Senda de los Pantaneros bajando por una escalinata que lleva al primero de los puentes colgantes.
El segundo puente, se encuentra unos pocos metros más adelante, en la parte baja del cañón, permitiéndonos observar las enormes paredes desde abajo mientras atravesamos de nuevo al otro del río.
Ambos puentes han tenido que ser reconstruidos debido a una enorme crecida del río Turia que inundó la ciudad de Valencia en 1957.
Pero esta genial reconstrucción, hace que estos dos puentes sean uno de las mayores atractivos turísticos de la zona.
Zona de escalada
Dentro del cañón hay varias zonas para la escalada que veremos a lo largo del recorrido. En ellas, muchos escaladores se disfrutan trepando por las enormes paredes de estos espectaculares cañones de más de 80 metros de altura(que no se aprecian muy bien en la foto).
Para acceder a la zona de escalada, se puede hacer bien, desde el puente tibetano que comentábamos al principio, bien desde este tramo, en el que veremos una pasarela que conduce al otro lado del río.
En éste recorrido que atraviesa el Paraje natural de los Calderones, retomando la ruta que hacían los obreros del Embalse de Loriguilla en los años 50, también encontraremos alguna especie de cueva o refugio natural.
Seguiremos la Senda de los Pantaneros, ya por la vereda derecha del Turia hasta llegar al pie de la presa del embalse final de esta ruta, donde empieza el pantano.
Desde este punto, sólo nos queda subir una empinada cuesta por carretera para poder observar todo el Pantano de Loriguilla y las montañas que lo rodean.
Senda del PR-CV-77
En el embalse termina la Senda de los Pantaneros, pero nosotros como queremos hacer la ruta circular, cruzamos una vez más el río y encontramos la señal para seguir por el PR-CV-77 que comienza con un cómodo pero largo ascenso por una pista forestal. Es importante llevar agua para este tramo, ya que son unos 3 km sin sombras.
Después de ese tramo, el camino empieza a descender y hay que estar atentos, ya que al poco de comenzar el descenso por la pista, una señal nos indica un giro a la izquierda. De este modo entramos en el barranco Vallfigueras y el camino se estrecha de nuevo.
Aquí hay algunos tramos en los que si van niños hay que llevar mucho cuidado ya que hay que bajar por algunas paredes rocosas (al principio cómodas).
En este tramo tuvimos la suerte de ver a poco más de 2 metros de distancia 7 cabras montesas que cruzaron el sendero justo delante de nosotros.
Pinturas rupestres
Tras caminar por dentro del barranco algo más de medio kilómetro, alcanzamos el punto donde se encuentran las pinturas rupestres.
Éste es el tramo más complicado de la ruta, ya que hay que descender por un estrecho sendero hasta el fondo del barranco y luego colarse entre unas rocas para subir por el sendero empedrado y la empinada escalera de madera que se ve en la foto de arriba.
Pero merece la pena, el tramo es entretenido y las las pinturas, aunque son más pequeñas de lo que imaginábamos, están muy bien conservadas ya que datan del Paleolítico y en ellas se distinguen perfectamente las figuras explicadas en el panel informativo que hay colocado junto al vallado.
Desde ahí hay que volver otra vez al sendero que dejamos para ver las pinturas y continuar hasta llegar a Chulilla.
Miradores
En este tramo nos encontraremos con varios miradores naturales con fantásticas vistas del pueblo.
Al llegar a Chulilla, cruzamos el puente y subimos por las empinadas calles hasta llegar de nuevo al corazón del pueblo, a la Plaza de la Baronía, donde termina nuestra ruta.
Aunque si aún os quedan fuerzas, podéis hacer la ruta del Charco Azul que bordea el río girando a la izquierda justo después de cruzar el puente. Os podemos asegurar que merece la pena.
Ahora sólo nos queda pendiente la Ruta del Agua de Chelva, a muy pocos km de Chulilla.
¿Cómo llegar?
Desde Valencia por la CV – 35 y la CV – 37 hasta que veamos la salida de Chulilla.
También se puede ir por la A-3 hasta Requena – Sot de Chera-Chulilla.
¿Dónde dormir?
Si te apetece quedarte unos días en la zona, puedes buscar alojamiento desde este comparador y elegir el que más te convenga.
Mapa de nuestra ruta
Aquí os dejamos la información detallada de nuestra ruta.