Torun es conocida por ser la localidad natal de Nicolás Copérnico. Aunque también es conocida por haber conservado su apariencia medieval casi intacta y por tener más de 300 monumentos inscritos en la historia del arte de Europa.
Desde 1997 forma parte la lista de ciudades Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
La plaza mayor y las calles adyacentes siguen casi con la misma apariencia que hace 700 años, con muchos edificios góticos, construidos con ladrillo, incluyendo iglesias monumentales, el Ayuntamiento y muchas casas burguesas.
¿QUÉ VER EN TORUN?
Nuestra visita comenzó atravesando las murallas de la ciudad por el lado del Vístula hasta llegar a la calle Szeroka, una de las calles principales en la que podemos ver los escudos de las ciudades que formaban la liga Hanseatica, a la cual pertenecía.
Sus plazas
Llegamos a la plaza del Rynek Nowomiesjksi, o plaza del Mercado Nuevo, donde está la iglesia neogótica de santa Catalina y justo detrás la iglesia gótica de Santiago, construida en el siglo XIV y considerada por muchos como la más bonita de Torun.
En esta plaza entramos en un pequeño museo sobre la Guerra de las Galaxias, aunque más bien es una colección particular de cosas relacionadas con las películas que nos decepcionó un poco.
Después continuamos hasta la Rynek Staromiejski, la plaza del mercado viejo, donde se puede ver el Ayuntamiento de la Ciudad, hoy en día convertido en museo. Se puede subir a la torre de unos 40 metros con unas impresionantes vistas de la ciudad.
En esta plaza también se encuentra el edificio de correos.
Pero una de las cosas que más destaca, sobre todo porque suele estar rodeada de gente, es la fuente que hay en frente de la iglesia del Espíritu Santo, construida en estilo barroco a mediados del siglo XVIII.
Es la fuente del Violinista y las ranas, que representa la versión polaca de la leyenda del flautista de Hamelin, pero con ranas en vez de con ratas.
Y es que, según cuenta la leyenda, Torun fue invadida por las ranas y, desesperado, el alcalde ofreció la mano de su hija a aquel que les librara de esa plaga.
Esto llegó a oídos de Iwo, un balsero que llegó a la ciudad y tocó su violín mágico. Las ranas, al oírlo lo siguieron hasta unos humedales, donde dejó de tocar y allí se quedaron. El muchacho pudo así conseguir la recompensa y convertirse en un héroe.
Sus estatuas
En Torun hay un montón de estatuas por las calles.
Detrás del Ayuntamiento está la estatua del perrito Filus, que esta al lado de una farola guardando un paraguas y un sombrero. Se trata de un perro que cuida las cosas a su dueño, el Profesor Filutek.
La estatua es un homenaje al famoso autor de cómic polaco Zbigniew Lengren.
Otra de las estatuas que rodea la plaza del Mercado Viejo es la de un burro.
El burro está en el lugar en el que colocaban a los que debían ser castigados con escarnio publico. Los sentaban encima del burro para que la gente se riese de ellos.
Pero la estatua más famosa de esta plaza es la estatua de Nicolás Copérnico que mide dos metros y medio de altura.
En su pedestal hay una inscripción en la que se puede leer: “Nicolaus Copernicus Thorunensis Terrae Motor Solis Caelique Stator”, o lo que es lo mismo: Nicolás Copérnico de Torun, que puso en movimiento la Tierra y detuvo el Sol y el cielo.
El arco de César
Saliendo en dirección al río, pasamos por debajo de la casa de Luk Cezara, o el arco de César. Es una casa de estilo medieval que nos lleva hacia un bonito parque.
En ese parque se halla el Museo Universitario, que fue el instituto donde estudió Copernico hasta que se mudo a Cracovia para iniciar su carrera universitaria.
El museo de las pierniki
Torun es también la capital de pierniki, que son una especie de galletas de jengibre.
Son tan típicas que incluso tienen un museo dedicado a ellas.
En él se puede ver cómo se elabora la masa y conocer todos los secretos de esta especialidad culinaria, que lleva haciéndose en la ciudad desde hace muchísimos años.
¿Cómo llegar?
Desde España hay vuelo directo, nosotros lo hicimos desde Alicante a muy buen precio.
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