Samos es un pequeño pueblo de la provincia de Lugo por el que pasa el Camino de Santiago, una o dos etapas después de O Cebreiro, uno de los pueblos con más encanto de la provincia de Lugo.
Lo que más sorprende a todo aquel que se acerca hasta aquí es su imponente monasterio, también destaca su capilla del ciprés y el Castro de Formigueiros, uno de los más importantes de Galicia junto con el Castro de Viladonga y el de Santa Tegra.
El Castro de Formigueiros, que todavía se está estudiando, se encuentra en la localidad del mismo nombre y data de la Edad de Hierro. Lo que hace especial a este casto es que dispone de al menos cuatro grandes murallas defensivas con sus respectivos fosos y parapetos.
Para visitarlo, es necesario hacer unos 5 o 6 km desde Samos, por lo que si no se dispone de mucho tiempo, es mejor visitar la capilla del Ciprés y el monasterio.
MONASTERIO DE SAMOS
El Monasterio de San Julián de Samos fue realizado a lo largo de diferentes épocas. Por tanto, presenta diferentes estilos: gótico, renacentista y barroco. Por diferentes documentos sabemos que su origen fue en el s. VI.
Está catalogado como BIC, es decir, Bien de Interés Cultural.
El complejo monástico gira en torno a sus dos claustros. El primero que vemos al entrar es el Claustro del Padre Feijoo.
Se comenzó a construir a finales del s. XVII y se finalizó en el s. XVIII. Es de estilo clasicista y destaca por ser uno de los más grandes de España.
En el centro destaca la escultura del Padre Feijóo realizada por Francisco de Asorey.
A continuación, se halla el claustro de las Nereidas. Las ninfas o nereidas son las protagonistas de su interior. Están justo en el centro, adornando la fuente.
Este claustro data del s. XVI y es de estilo gótico.
La visita guiada cuesta 5€, pero merece la pena. Uno de los monjes es el encargado de guiar y explicar a los visitantes todo lo relacionado con la historia de este lugar.
Todo el monasterio es impresionante. Hay una zona que no se puede visitar, para preservar la intimidad de los monjes que viven en ella.
Cada puerta y cada rincón están decorados siguiendo el estilo de la época en que fueron construidos.
Como anécdota, hay que decir, que tras la desamortización de Mendizábal, el monasterio fue abandonado durante más de 40 años, pero afortunadamente, un grupo de monjes se atrevió a volver a él.
El monasterio cuenta también con un acueducto, como se puede ver en la fotografía, para abastecerse de agua. Una vez usada, salía por diferentes canales hacia el río.
La botica, parte imprescindible para la cura tanto de los peregrinos como de los monjes del monasterio, se quemó en un incendio que hubo en el monasterio mientras hacían licores, pero fue reconstruida.
Tan completo era el monasterio que hasta cuenta con un palomar. Aunque antiguamente, esta torre estaba destinada a la cocina.
Al usar leña para cocinar, algunos monasterios solían hacer esta estancia fuera del edificio principal para evitar los incendios.
CAPILLA DEL CIPRÉS
La Capilla del Ciprés está situada al lado del Paseo del Malecón, junto al río, a unos 100 metros del monasterio.
La entrada a la misma es gratuita.
Esta pequeña capilla que data del siglo IX se cree que puede haber sido una celda monástica.
La puerta está situada en un lateral y tiene forma de herradura. En la fachada principal, que mira al río Oribio, se puede ver una ventana de doble arco. En el interior destaca un arco triunfal con forma de herradura y unas pinturas al fresco.
Justo al lado de la capilla hay un gran ciprés milenario de 25 metros de altura, que está considerado como uno de los árboles más notables de España.
El ciprés tiene un parche desde hace un montón de años para curar la herida causada por un rayo.
DORMIR EN EL MONASTERIO
¿Sabes que es posible dormir en el Monasterio?
Aunque sólo si eres peregrino, bueno, o monje, pero esta última opción ya requiere más sacrificio.
Pero, si haces el Camino de Santiago, puedes alojarte en este hermoso edificio con tantos siglos de historia ya que posee un albergue. De hecho, hace ya unos cuantos años, cuando hice el Camino, dormí en él y he de decir que es todo un privilegio.
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