Bled es un pequeño pueblo con mucho encanto a 54 km de Liubliana. Aunque lo más destacado del pueblo sea su iglesia en una isla en medio del lago, que es, al mismo tiempo, la imagen más representativa de Eslovenia, hay muchas cosas interesantes que ver. Entre ellas las Gargantas del río Vintgar, a tan sólo 5 km de Bled.
GARGANTAS DEL VINTGAR
Es un precioso desfiladero a lo largo del río Radovna. Para acceder hay que abonar una entrada que cuesta 5€. Con ella se ayuda a la conservación de las instalaciones y merece la pena.
El camino discurre a lo largo del río de un intenso color turquesa, que nos lleva de un lado a otro a través de pequeños puentes y pasarelas de madera, para poder disfrutar de sus numerosos saltos y pequeñas cascadas, hasta terminar con la impresionante cascada Sum.
Una vez llegas a final del sendero, se puede dar la vuelta y volver por el mismo sitio o continuar con una pequeña ruta circular hasta el aparcamiento (gratuito) donde comenzamos la ruta.
Nosotros nos decidimos por la segunda opción que nos llevó por medio de bosques y laderas de montañas a través de fincas con vacas pastando tranquilamente ajenas a las pocas personas que decidimos continuar por aquí.
LAGO BLED
Por la tarde hicimos otra pequeña ruta desde el hotel a orillas del lago hasta Ojstrica and Mala Osojnica, en una pequeña montaña al oeste del lago desde donde se pueden disfrutar de unas de las mejores vistas del lago y su isla.
Empezamos la ruta en la playa del lago, justo al lado del embarcadero donde están las «Pletnas«, típicas barquitas para dar un paseo por el lago o bien llegar hasta la isla que hay en medio.
Seguimos bordeando el lago con un agua limpísima que invita al baño.
Éste es uno de los puntos más cercanos a la isla, a la que se puede llegar nadando.
Poco después llegamos al inicio del sendero que sube a la montaña. Al llegar a la cima, las vistas son todavía más espectaculares: la isla en el centro del lago, el castillo a la izquierda y el pueblo al fondo.
Después de contemplar las hermosas vistas durante un buen rato, comenzamos el camino de descenso por otro sendero con algún tramo algo resbaladizo en el que han colocado alguna escalera para facilitar la tarea.
En total hicimos unos 5 km que nos dejaron maravillados. Además apenas había gente ni en la ruta ni en los miradores desde los que se sacan las típicas fotos de postal de Bled.
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